*"Es claro que casi todos los demás animales participan en el sueño, tanto si son acuáticos, aéreos o terrestres", escribió Aristóteles en su obra "Del sueño y la vigilia".
Pero, ¿sueñan los animales? Acerca de eso, el filósofo griego también tenía una opinión.
A sus métodos de investigación les puede faltar sofisticación, pero Aristóteles quizá no estuviera muy lejos de la verdad.En "Historia de los animales", escribió: "Parecería que no solo sueñan los hombres, sino también los caballos y los perros y los bueyes; sí, y las ovejas, las cabras y los cuadrúpedos vivíparos; y los perros muestran su sueño ladrando mientras duermen".
Ciertamente no podemos preguntar a los animales si sueñan, pero al menos podemos observar las evidencias que demuestran que quizá lo hagan.
Hay dos formas en las que los científicos han tratado esta tarea aparentemente imposible.
Una es mirar su comportamiento físico durante las diversas fases del ciclo del sueño.
El segundo es ver si su cerebro durmiente funciona de forma similar a nuestro propio cerebro durmiente.
La historia de cómo hemos logrado espiar en las mentes de los animales dormidos comienza en los años 60.
Sueños en movimiento
En aquellos momentos, comenzaron a aparecer informes aislados en revistas médicas que describían a personas que se movían mientras soñaban.
Esto era curioso, porque durante la llamada fase de sueño REM (movimiento rápido de ojos), nuestros músculos normalmente están paralizados.
Los investigadores se dieron cuenta de que inducir un estado similar en los animales podría permitirles demostrar cómo sueñan.
En 1965, los científicos franceses Michel Jouvet y J. F. Delorme comprobaron que retirando una parte del bulbo raquídeo, llamado el puente de Varolio, del cerebro de un gato, evitaban que se paralizara en fase REM.
Los investigadores llamaron a este estado "REM sin atonía" o REM-A.
En lugar de permanecer quietos, los gatos caminaban y se comportaban con agresividad.
Esto apuntaba a que soñaban con actividades de los momentos en que estaban despiertos.
Y los estudios posteriores han revelado comportamientos similares.
Según el veterinario neurólogo Adrian Morrison que ha escrito una reseña de esta investigación, los gatos en REM-A mueven sus cabezas como si estuvieran siguiendo estímulos.
Algunos gatos también muestran comportamientos idénticos a ataques predatorios, como si estuvieran persiguiendo ratones en sueños.
También se ha visto una actividad de sueño similar en perros.
Se ha comprobado que algunos humanos "actúan" en sueños si sufren de un problema llamado trastorno de comportamiento del sueño REM.
"Dar puñetazos, patadas, saltar y correr de la cama durante los intentos de actuaciones en el sueño son manifestaciones frecuentes y normalmente están relacionadas con las imágenes que ven", según la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño (ICSD, por sus siglas en inglés).
En estas personas son comunes las heridas, incluso en las personas que duermen con ellos, añade la ICSD.
Sin embargo, el movimiento físico no es la única pista de los sueños animales.
La rata en su laberinto
Los investigadores pueden observar ahora las actividades eléctricas y químicas de las células cerebrales de los animales mientras duermen.
En 2007, los científicos Kenway Louise y Matthew Wilson, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en EE.UU., registraron la actividad neuronal en una parte del cerebro de la rata llamada el hipocampo, una estructura que está relacionada con la formación y codificación de memorias.
Primero registraron la actividad de las células cerebrales mientras las ratas corrían en sus laberintos.
Después miraron la actividad de las mismas neuronas mientras dormían.
Louise y Wilson descubrieron patrones idénticos de activación durante la carrera y durante la fase REM.
En otras palabras, era como si las ratas estuvieran corriendo por el laberinto en sus mentes mientras dormían.
Los resultados eran tan claros que los investigadores podían calcular la ubicación precisa de las ratas en su sueño y señalarla en puntos concretos del laberinto.
Prácticas de canto
Los biólogos de la Universidad de Chicago Amish Dave y Daniel Margoliash examinaron los cerebros de los pájaros diamante mandarín y descubrieron algo similar.
Estos pájaros no nacen con las melodías de sus canciones grabadas en su cerebro; en cambio, tienen que aprender a cantar las canciones.
Cuando están despiertos, las neuronas en parte del prosencéfalo (parte anterior del cerebro) llamado el robustus archistriatalis se activa tras el canto de cada nota.
Los investigadores pueden determinar qué nota ha sido cantada basándose en los patrones de activación de esas neuronas.
Al reunirlos, Dave y Margoliash pueden reconstruir toda la canción desde el principio hasta el final.
Más tarde, cuando los pájaros estaban dormidos, Dave y Margoliash miraron de nuevo la actividad eléctrica en esa parte de sus cerebros.
La activación de esas neuronas no era completamente al azar.
En cambio, las neuronas se activaban en orden, como si el pájaro estuviera cantando la canción de forma audible, nota a nota.
Se podría decir que los diamantes mandarines practicaban las canciones mientras dormían
Misterio
¿El comportamiento de los gatos en los experimentos científicos son considerados realmente sueños?
¿Tienen las ratas alguna conciencia subjetiva de que están corriendo por laberintos en sus mentes mientras duermen?
¿Los pájaros cantores saben que están cantando durante el sueño?
Estas preguntas son difíciles de responder igual que la cuestión de la conciencia. Es complicado.
Los humanos no solemos darnos cuenta de que estamos soñando mientras estamos soñando, pero es claro en cuanto nos despertamos.
¿Los diamantes mandarines recuerdan sus sueños como sueños cuando se les despierta?
¿Pueden distinguir el mundo real de aquel de sus sueños? Podemos decir con razonable certeza que las características fisiológicas y conductuales del sueño en los humanos han sido observadas en gatos, ratas, pájaros y otros animales.
Sin embargo, lo que es realmente experimentar un sueño si no eres humano, sigue siendo un misterio.
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