jueves, 17 de abril de 2014

Crónica: Un día en Valparaíso luego del incendio


*Hicimos el ejercicio de recorrer algunas calles y cerros de Valparaíso, luego del voraz incendio, buscando posibles animales heridos que necesitaran ayuda. Un ejercicio de sentimientos encontrados, que lo realizamos conjuntamente con el Psicólogo Canino Andrés Vera, el pasado miércoles 16 de Abril.
Luis Felipe Caneo
Luego del incendio que afecto a algunos cerros de Valparaíso, como el Ramaditas o La Cruz, una imagen que se repite constantemente al recorrer las calles del puerto es ver una gran cantidad de gentes con palas, mochilas y otras herramientas con ganas y a veces con la cara muy sucia - producto de un intenso trabajo- aportando su granito de arena para lograr una exitosa reconstrucción de las zonas afectadas. Quisimos comprobar la situación en terreno de los animales del puerto en las zonas que llego el fuego y las necesidades que ellos tienen en este minuto, es por eso que junto al psicólogo canino Andrés Vera, Psicocan Chile,  salimos a recorrer las calles y cerros de este misterioso y fascinante puerto.
Nuestro recorrido se inicio desde el Liceo 1 del puerto, donde esta el hospital de emergencia animaluna, donde luego de comprar unas bebidas, fuimos a tomar la micro. Mientras esperábamos que ésta llegara, pudimos vivir parte del ambiente de estos días en Valparaíso: estábamos en Avenida Argentina esperando el bus y pasaron distintos camiones con ayuda para los damnificados de los incendios tocando la bocina. Las personas que estaban ahí, respondían a los bocinazos y aplaudían al sonar de éstos. Un ambiente de cordialidad y ayuda que continúo presente, por ejemplo paso un mini camión con trabajadores y ofreció llevar en la tolva a un grupo de lolos que estaban esperando subir a los cerros. Luego de un rato, llego la micro y ante la pregunta de donde ibamos, le respondimos " lo más arriba posible". Una frase que se repitió  varias veces en el camino. El Cerro Ramaditas era nuestro primer destino.
Después de recorrer múltiples y empinadas calles, llego el punto limite de donde podía llegar la micro. Caminamos, bajo un sol tenue, pero que igual te hacia traspirar: subir, subir y subir por un camino que se iba poniendo cada vez más empinado. Al subir ya se sentia el olor de lo quemado y del humo que queda impregnado, todo esto acompañado de una gran cantidad de escombros que se están amontonando a las orillas de los caminos y el cual es removido por equipos de la Armada, Bomberos y Carabineros. Ese ambiente de cordialidad y ayuda seguía presente, por ejemplo unos señores ofrecían el baño para todos los voluntarios que andaban en el lugar y los mismos voluntarios te ofrecían cosas que se necesitaban: uno nos dio una mascarilla que nos hacía falta y la cual fue de gran ayuda.
¿Y los animales en el Cerro Ramaditas?, se preguntaran. Hablando con la gente que vive ahí y la cual estaba removiendo escombros o reconstruyendo su hogar, nos señalaban que todos los animales heridos en el incendio ya han sido rescatados y están en el hospital de campaña oficial en el Liceo 1 o en un hogar temporal. Una realidad que pudimos comprobar nosotros mismos, pues no nos encontramos con ningún amigo peludo que necesitará ayuda en el momento. Cuando ya estábamos llegando a la cumbre, conocimos unas cabras que estaban siendo rescatadas en ese minuto: según uno de sus dueños, una de las cabras fue mordida por un pitbull dos semanas antes del incendio. "¡Que no lo pasen por maltrato animal po¡", nos dice un poco molesto. Pudimos ver también la presencia de ayuda a los animales del lugar, lo cual confirma lo dicho por varios grupos animalistas de ésta zona: el cerro Ramaditas cuenta con ayuda para los animales.
Nos vamos del Cerro Ramaditas, gracias a unas gentiles señoras que nos llevan en su vehículo, para continuar con nuestra visita a los cerros. Tratamos de ingresar al Vergel y otro cerro, cuyo ingreso está en Camino de la Pólvora, mas no podemos porque Carabineros estaba impidiendo el acceso a ellos por aglomeraciones de personas y voluntarios. Luego de regresar a Valparaiso por el lado de Playa Ancha, donde pasamos por calles con la fisonomía tipica del puerto - vías con pendiente pronunciada que tienen como fondo el mar y su agua que te invita a pensar -, arribamos al Cerro El Litre. Al igual que en Ramaditas, una gran cantidad de personas transitan sin cesar con palas y otras herramientas.
En el camino al Cerro El Litre, vemos uno de los elementos característicos, a juicio de Vera, de la tenencia de la gente de los animales. Pese a que estos tienen una familia y un hogar que se preocupan de su bienestar, se estila dejarlos libres en las calles y en donde los animales interactúa con sus similares en el día a día. Así, por ejemplo, es posible observar grupos de animales agrupados en una cuadra determinada. El grave problema es las peleas entre ellos y la posibilidad cierta de que los atropellen. Lo anterior, comenta Andrés, ha provocado resistencia en algunos animales que han llegado al Liceo 1 de Valparaíso: se resisten a ponerse el collar o el arnés y a ser paseados, hasta que finalmente entienden nuestros amigos peludos que es por su bien.
Subimos el Cerro El Litre, donde el panorama se repite: casas quemadas, escombros apilados y mucha gente aportando su grano de arena para la reconstrucción. Un elemento característico que, también se puede ver en otros cerros y si uno mira desde el plan hacia los cerros, son decenas de banderas chilenas puestas en donde se puedan afirmar, que a la larga da ánimo a quienes lo perdieron todo en cosa de minutos. De los animales, se ven algunos andar por las calles, pero ninguno herido. Nos comentan de un caso de un animal perdido, pues se arrancó de su casa y esta quemado en una parte de su carita.
Ya, en el Cerro La Cruz, llegamos a la calle Lambacho. Entre medio de escombros, casas quemadas y otras sobrevivientes por milagro, se produce una suerte de mirador improvisado.Lo que impresiona es estar uno en el escenario descrito, mientras se ve a unos cuantos kilómetros a lo lejos a Viña del Mar con todos sus edificios y la modernidad que conllevan: una perspectiva de imagen que nos hablan de los dos Chile que existen, uno que vive en el plan con relativa comodidad y los servicios a mano y otro inserto en la pobreza y en los incendios recurrentes. Dos Chile, de pobreza y comodidad, que te invitan a pensar en la desigualdad presente en nuestra sociedad.
Después de continuar caminando junto a Andrés, emprendemos la bajada del Cerro La Cruz. Ya está oscuro y se ven ese Valparaíso con los cerros iluminados, una postal característica de este puerto hermoso. Vamos avanzando por Avenida Francia, llegando  al Centro Cultural Trafón: aquí no solamente están damnificados sino también sus animales y otros amigos peludos que requieren de atención médica. Estábamos afuera del lugar, cuando dos lolos voluntarios  aparecen con una hermosa perrita negra gigante que la atraparon cuando bajaba rápidamente y desorientada por el Cerro La Cruz: luego de pasar por un chequeo médico y una ecografía, pues se pensaba que podía estar embarazada, se comprueba que ella está bien y su gordura probablemente se deba a que después de esterilizada ella engordó. Una situación que le puede suceder a algunos perritos, pero con un alimento especial y cuidados es posible superar por el bienestar del animal. La perrita, llamada Negra, iba a ser llevada posteriormente al Liceo 1 de Valparaíso para tratar de encontrarle un hogar temporal hasta que aparecieran sus dueños.
Una situación que es preocupante, en relación a los animalitos, la cual pudimos verla en nuestro peregrinar por los cerros es el drama de muchos dueños que perdieron las fotos de sus animales. Se quemaron celulares y computadores, con lo cual se hace mucho más difícil el reencuentro entre nuestros hermanos menores y sus amos, pues no tienen ninguna imagen de sus animalitos. Una situación que los angustia mucho y que obliga, a rescatistas y medios de comunicación animalistas junto a las redes sociales, a reforzar nuestros esfuerzos en la difusión de los casos de animales perdidos y encontrados en las zonas afectadas. Una señora , en el Centro Cultural Trafón, se acercó y nos contó que tiene perdidos a sus 25 perritos los cuales huyeron cuando se desato el incendio: " me da lo mismo lo material, quiero reencontrar a mis perritos. No tengo fotos, se quemaron todas", indica.
Luego de caminar varias horas, regresamos nuevamente al plan. Bajamos con una sensación de alegría porque se nota que ha habido un trabajo de rescate y ayuda a los animales como también a las personas, lo cual da como resultado que en aquellos cerros visitados no hallamos ningún animal que necesitará ayuda. Sin embargo, todavía no podemos cantar victoria totalmente, pues todavía quedan sectores que necesitan ayuda para ellos y nuestros amigos peludos y asimismo hay desafíos pendientes: uno de ellos es la alimentación de los perritos y el otro las curaciones que van a necesitar los hermanos menores que fueron heridos. La alimentación está tratando de ayudar a la mayor cantidad de animales posibles: los sacos de comida  que se han reunido en el Liceo 1 y en otros lugares , a lo largo de estos días, están siendo repartidos en los distintos cerros por voluntarios que se congregan cada mañana a realizar esta noble e importante labor.
Me voy de Valparaíso con una sensación de alegría y satisfacción, al ver como los animales se convirtieron en un item importante y la gigantesca ayuda de todos los rincones de Chile que han arribado y como ésta les ha llegado. Se han presentado problemas, es verdad, pero lo primordial es mantener una buena comunicación entre todos los participantes y aportar cada uno su granito de arena en pos de nuestros amigos peludos. Una ayuda que se debe mantener en el tiempo, es por eso que el llamado que hacemos es a tener paciencia y si quieren viajar para ayudar a los animales, hágalo la próxima semana y no este fin de semana. Ya hay muchos grupos animalistas que están aperrando por nuestros amigos estos días en Valparaíso y Viña del Mar.
El bus parte raudo  y se escucha a lo lejos las bocinas de los camiones solidarios sonar, son los sonidos de un Valparaíso que está aperrando por los suyos y sus animales. La frase que vimos al llegar, ahora me hace sentido: "Porque somos choros, Valparaíso se vuelve a parar".

No hay comentarios: