*El hecho reabrió el debate en torno a la forma de tratar a los animales que manifiestan cuadros que muchas veces se asocian a agresividad, cuando no siempre corresponde a ese estado.
Scrappy era el nombre del cachorro de 8 meses que ataco hace algunas semanas a un niño, menor que fue auxiliado por su gata Tara . Un episodio que fue captado por cámaras de seguridad y cuyo video, rápidamente, se convirtió en uno de los videos más vistos de aquellos días. Luego de este hecho, el can fue llevado al Refugio de animales de Bakersfield.
El can, luego de un período de observación de diez días, fue sacrificado dado a rasgos de agresividad que demostró en ese tiempo. De acuerdo a lo informado por el sitio TMZ, mordió a dos empleados del lugar que le llevaban comida y actuaba agresivamente ante cualquier personal que le llevaba alimento o se acercaba a su canil.
La decisión del refugio reabrió el debate en torno a los mecanismos que se deben llevar a cabo para tratar a los perros ante cuadros que, a primera vista, se pueden relacionar con grados de agresividad. Al respecto, el psicólogo canino Andrés Vera de Psicocan Chile, en una entrevista a este medio el pasado mes de Abril señalaba que los perros pueden presentar cuadros “de temor y el temor puede llevar a un estado de defensa y alerta, lo que se suele confundir con agresividad. Hay que hacer la diferencia: la diferencia es entre un perro que ataca y otro que se defiende. El perro naturalmente va a tender a defenderse (ante la presencia de un factor traumático), porque va a recordar y asimilar esta situación de peligro que ya tuvo antes. Pero, no necesariamente de agresividad, simplemente se va a defender.”, comenta el especialista. La clave está en saber identificar y caracterizar la conducta del animal, asesorandose con un especialista en caso de ser necesario, para erradicar el actuar problemático de nuestro hermano menor.
Cabe señalar que el menor, quien sufre de autismo leve, necesito puntos de sutura para curar las heridas y actualmente se encuentra en perfectas condiciones junto a su gata Tara, quien se ha transformado en el mejor amigo del niño desde hace 6 años.
En definitiva, este caso nos deja en evidencia una vez más como muchas veces las leyes para estos casos no son efectivas al no considerar la reeducación del can en vez de su sacrificio.
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