lunes, 18 de julio de 2011

El Nuevo Orden Ballenero: Despotismo Amenaza Comisión Ballenera Internacional



*Aunque algunos parecen considerar que los resultados de la pasada asamblea anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) fueron insuficientes, ésta pasará a la historia como la más importante en la defensa de la gobernanza y democracia al interior de este organismo internacional. Por  Elsa Cabrera, directora ejecutiva, Centro de Conservación Cetacea

Dos días de negociaciones para que la Comisión adoptara por consenso una resolución sobre transparencia y gobernanza, y el posterior secuestro de parte de las naciones balleneras de la CBI con el objetivo de bloquear la votación para la creación del santuario de ballenas del Atlántico Sur, podría estar siendo erróneamente percibido por algunos como una pérdida de tiempo que dejó fuera de la reunión diversos temas de conservación.


Sin embargo ambas situaciones desnudaron la hipocresía y manipulación con la que actúan algunas naciones para controlar e imponer – mediante la privación de derechos soberanos de los Estados miembro de la CBI – un oscuro destino para las poblaciones de ballenas a nivel global.


La que prometía ser una reunión que se caracterizaría por su pasividad e inacción finalizó con una Comisión obligada a enfrentar de una buena vez temas de fondo que durante los últimos tres años han quedado relegados al cajón de los recuerdos en pos de un ambiente de amistad artificial que sólo busca ahogar diplomáticamente los intereses de conservación y uso no letal de la mayoría de los países de la CBI.


Preparativos de un Asalto Disfrazado de Consenso


El colapso de todas las especies de grandes cetáceos debido a la sobre explotación de la industria ballenera, destruyó la credibilidad de la CBI como el organismo encargado de “regular el desarrollo ordenado de la ballenería y la conservación de las poblaciones de ballenas”. Sólo la implementación de la moratoria global sobre la caza comercial a partir de 1986 evitó la extinción de muchas de estas especies y salvó a la Comisión de colapsar por agotamiento y desaparición permanente de los “recursos” que supuestamente debía administrar responsablemente.




Tras la implementación de la moratoria, la credibilidad de la CBI comenzó a construirse lentamente de la mano del aumento de algunas poblaciones de grandes cetáceos y la generación de nuevas y mejores alternativas de investigación y desarrollo económico no letal con cetáceos. Sin embargo la política de compra de votos realizada por Japón durante más de una década al interior de la CBI para bloquear sistemáticamente iniciativas de conservación y uso no letal ha corroído la incipiente y vulnerable credibilidad de la Comisión.

Tras el escándalo revelado por el Sunday Times en 2010 sobre irregulares pagos realizados por el gobierno japonés a representantes de diversas naciones del Caribe y África, la resolución sobre transparencia y gobernanza que fue presentada por el Reino Unido en Jersey se constituyó como la mejor alternativa para resolver ésta y otras medidas de igual importancia, como la falta de participación plena de la sociedad civil en la CBI.

Pero la diplomacia del arpón se encargó de consumir dos valiosos días de trabajo en interminables negociaciones orientadas a debilitar medidas básicas de transparencia y gobernanza en favor de oscuros intereses balleneros. Como resultado la Comisión finalmente adoptó una significativa pero debilitada versión de la resolución británica que, entre otros, no mejora en nada el anacrónico y restrictivo sistema actual de participación de las organizaciones de la sociedad civil y sólo reducirá y no eliminará prácticas corruptas al interior de la CBI.

A pesar de ello varias delegaciones de países balleneros y simpatizantes de la política pro ballenera de Japón celebraron expresivamente su adopción pues la interpretaron como la consolidación del consenso como único mecanismo de decisión de la CBI.

Ahorcamiento Diplomático de los Procesos Democráticos al Interior de la CBI

Desde 2001 Brasil y Argentina – con el apoyo de todos los países de la región en la CBI, conocido como Grupo Buenos Aires - han liderado una propuesta para la creación del santuario de ballenas del Atlántico Sur que no ha podido ser adoptada porque requiere el 75% del apoyo de la Comisión. Mediante la compra de votos, Japón reúne el número necesario de países para asegurar que la mayoría conservacionista nunca alcance este porcentaje.

Sin embargo durante la CBI del 2007 en Alaska, el número de votos a favor del santuario alcanzó un histórico apoyo cercano al 60% de los países y la región se preparó para presentar nuevamente la propuesta a votación durante la asamblea en Santiago de Chile al año siguiente. Pero la decisión de la Comisión de iniciar un proceso de negociación para definir “el futuro de la CBI” - que solicitó a los países dejar de lado temas conflictivos (para los balleneros) con el fin de resolver los desafíos de la CBI de manera armoniosa, llevó a partir de entonces a la región a

no presentar la propuesta del santuario a votación en aras de avanzar positivamente en dicho proceso.


Por su parte Japón continuó matando ballenas bajo supuestos fines de investigación científica en el santuario de ballenas del océano austral; importó decenas de toneladas de carne de ballena de aleta (en peligro de extinción) desde Islandia a pesar que el comerció internacional de ballenas está prohibido por acuerdos internacionales; se vio involucrado en un escandaloso caso de soborno y corrupción de funcionarios de sus flotas balleneras que insólitamente llevó a los
denunciantes a la cárcel; y se revelaron evidencias sobre la exportación ilegal de carne de ballena minke obtenida en el santuario antártico hacia elegantes restaurantes en Estados Unidos.


La estrategia parecía funcionar perfectamente a los intereses de Japón y sus principales aliados en este nuevo “orden ballenero mundial”. Liderados por Estados Unidos y Nueva Zelanda los intereses balleneros quedaron consolidados en 2010 en una propuesta para el futuro de la CBI que no sólo buscaba eliminar la moratoria sino que además hubiera legitimado la denominada “caza científica” de ballenas en zonas de protección especial como el santuario del Océano Austral.


 Afortunadamente la propuesta  fracasó rotundamente y el periodo de negociación junto a su política del consenso finalizó tras el cierre de dicha asamblea anual en Marruecos.



La clausura del proceso de negociación y ciertas condiciones favorables para el bloque conservacionista en la CBI 2011 se presentaron como oportunidades para retomar temas de conservación y desarrollo prioritarios para el hemisferios sur como la creación del santuario del Atlántico Sur. En este contexto, Brasil presentó ante la Comisión sólidos argumentos biológicos, ecológicos y sociales para su establecimiento y solicitó en su legítimo derecho adoptarla por consenso o, en última instancia, presentarla a votación.

La CBI reconoce las votaciones como un elemento básico del proceso de decisión cuando no es posible alcanzar acuerdos por consenso. Tras el obstinado e injustificable rechazo de las naciones balleneras a la creación del santuario, Brasil – con el apoyo del Grupo Buenos Aires – ejerció el derecho inalienable de cualquier Estado miembro de la CBI de llevar la iniciativa a votación y anunció su decisión a la Comisión.

Democracia Vs. Tiranía Ballenera

La reacción de las naciones ballen
eras – lideradas por el gobierno de Japón – sin duda pasará a la historia como una de las acciones más ruines y peligrosas en el derecho ambiental internacional. Una vez abierta la votación, más de una decena de delegaciones pro balleneras o asociadas a la política de compra de votos de Japón, abandonaron la sala con el supuesto objetivo de quebrar el quórum necesario para avanzar en el proceso de decisión. Sin embargo la votación debería haber proseguido incluso ante la ausencia de estos países ya que cuando ésta se abrió la sala sí contaba con el quórum requerido. Pero la confusión y evidente falta de voluntad del presidente interino de la CBI (Sudáfrica) para respetar y aplicar los procedimiento de la CBI produjo la suspensión de la votación del santuario de ballenas hasta la próxima asamblea anual que se realizará en Panamá en 2012.

Irónicamente la determinación de postergar un año más la propuesta del santuario, se alcanzó tras nueve horas de deliberaciones secretas donde la sociedad civil se mantuvo totalmente excluida. Esta situación dejó en evidencia que el consenso alcanzado el día anterior sobre la resolución de transparencia y gobernanza no era más que una fachada para encubrir los verdaderos intereses de una minoría que busca tomar el control de la CBI para convertirla en una organización dedicada a la matanza de ballenas.

Si bien una primera lectura de los sucedido a la propuesta del santuario de ballenas responsabiliza a Japón y las naciones balleneras del escandaloso y preocupante intento de golpe ballenero, el liderazgo y permanente apoyo de los Estados Unidos y Nueva Zelanda a la revitalización del fracasado proceso de negociación, constituye una grave amenaza adicional a la secuestrada democracia de la CBI.

Aunque todavía falta mucho tiempo para vislumbrar con claridad el panorama que deberá enfrentar la próxima CBI, queda claro que el urgente rescate de la democracia y gobernanza de este organismo internacional serán temas obligatorios y claves de la agenda en 2011. En este contexto, la participación activa de los países de la región y la coordinación tanto de los miembros del Grupo Buenos Aires como de sus aliados estratégicos será esencial para liberar a la CBI de la tiranía ballenera en la que se encuentra actualmente por culpa de la despótica y condenable conducta de un puñado de naciones.


Fuente: Centro de Conservación Cétacea

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