miércoles, 17 de julio de 2013

Misteriosas muertes de delfines y manatíes confunden a los científicos de EE.UU

*Decenas de delfines y manatíes muertos han sido encontrados en Florida, algunos colapsaron tan rápidamente que aún tenían comida en la boca. Los científicos no pueden establecer las causas precisas de esta catástrofe ecológica.
El que fuera una vez un estuario exuberante, la laguna Indian River, es ahora una trampa mortal enigmática. Discurriendo por el 40% de la costa atlántica de Florida, las aguas salobres de la laguna albergan un misterioso asesino. Desde hace un año, 51 delfines, 111 manatíes y hasta 300 pelícanos han perecido en sus aguas. Los biólogos sacan los cadáveres del agua cada dos semanas, informa la revista ‘Wired’.
Los delfines muertos en su mayoría “parecían sacos de piel y huesos”, los pelícanos hambrientos cayeron del cielo, cubriendo la costa con sus cuerpos flacos.
Pero los manatíes hallados parecen notablemente normales. “Los manatíes están en buena condición corporal, sin signos de enfermedades o traumas”, aseguró Martine DeWit, un veterinario local. Al parecer, los manatíes se están muriendo por golpes y ahogamiento.
“Tenemos la esperanza de que podamos encontrar una respuesta, porque hasta que lo hagamos, no sabremos cómo podemos ayudar a evitar tales cosas en el futuro”, dijo Jan Landsberg, científico investigador de la Comisión de Pesca y Conservación de Vida Silvestre de Florida.

Catástrofe ecológica


A pesar de que los científicos estadounidenses no pueden decir con precisión qué es lo que está acabando con la vida de estos animales, desde hace décadas la laguna Indian River, ubicada cerca del famoso cabo Cañaveral, ha ido convirtiéndose en una piscina de drenaje para las fugas de tanques sépticos, arroyos contaminados y aguas pluviales ricas en fertilizantes. El problema es que no hay mareas para empujar el agua contaminada al océano, por lo que toda suerte de agentes nocivos se acumulan en la laguna.
El ocaso de la laguna Indian River, sugieren los científicos, comenzó hace unos años cuando una prolongada sequía afectó la región. La evaporación normal combinada con la escasez de lluvias aumentó la salinidad del agua, que se convirtió en más salada que el agua del océano.
Luego, en el invierno del 2010, una ola de frío mató a las macroalgas que normalmente viven cerca de la superficie de la laguna. Sus restos inundaron el agua salina saturada de nutrientes, creando un caldo tóxico.
Alrededor del 60% de los pastos de la laguna han muerto, entre ellos la mayoría de las praderas en el río Banana cerca del cabo Cañaveral, donde han sido encontrados buena parte de los cadáveres.
“Toda la laguna está cambiando”, resume Megan Stolen, bióloga del Instituto Hubbs de la Investigación de los Mares.
Fuente: RT  en Español.

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