*Hoy en día se construyen casas en espacios cada vez más chicos, acorde a la actual tasa de crecimiento anual que alcanza el 1.2%.Debido a lo anterior los jardines son minúsculos, apenas caben las personas, sin embargo igual tienen a perros grandes.
Hoy en día la tasa de crecimiento anual de la población alcanza a un 1.2 % por cada 1000 habitantes, siguiendo la tendencia que partió en 1960, con la aplicación de las políticas de planificación familiar durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva: la disminución de la tasa de natalidad. Lo anterior provoca que las empresas inmobiliarias diseñen unidades habitacionales cada ve más chicas, pues con la disminución de los hijos (de 3 se pasó a 1) los integrantes de una familia experimentan, a la vez, una baja, ya que no son 10 o 15 hermanos, como se estilaba en tiempos pasados, ahora llegan con suerte a los 4 miembros por familia –no tengo a manos estadísticas-.
El principal lugar de un hogar perjudicado con este diseño, minimalista es el jardín, estos cada vez son más minúsculos. Con suerte caben las personas. Sin embargo, sin importar las condiciones ya descritas, igual se hacen de un cuadrúpedo las personas principalmente, raza grande, como es el caso de un rottwailer, quienes necesitan harto espacio para un buen estado de salud. Rancagua no está exenta de ésta triste realidad, según pudimos constatar en un recorrido realizado en la Villa San Pedro y la Reconquista, en el sector sur de ésta comuna, junto con mi perro Tritus, un quiltro regalón y pastel.
Enelpasaje Meseta de Hielo, nos encontramos con una labradora en un espacio de 30 metros cuadrados, a lo sumo, siendo que necesita, por lo mínimo, 5 veces ese tamaño de territorio. Doblamos, posteriormente, por Cordón Roma, otro pasaje de la Reconquista, localizando nuevamente a otro labrador, mucho más grande que el caso anterior, en una zona enana. Y un rottwailler, unas casas más allá, quien al sentir nuestra presencia, sale a recibirnos ladrando y corriendo en un área de no más de 40 metros cuadrado, por lo cual es común que éste hermano menor se golpee constantemente contra la reja y unas tablas. Llegamos a la línea del Metrotèn a la calle Viña del Mar, lugar en donde nos topamos con una casa con un jardín más amplio que el promedio de ese conjunto habitacional, el cual está lleno de materiales de construcción, lo que, sin duda alguna, hace disminuir bastante el espacio. A pesar de lo anterior, igual tienen a varios perros, entre ellos a un pastor alemán, un cocker spaniel y un podle.
En esa misma arteria hay otro hogar, con un patio minúsculo, aquí estacionan una camioneta Ford y cuenta con una labradora, quien debe compartir ese enano espacio.
En la villa San Pedro la situación no mejora mucho, se repiten los patrones de conducta de la Reconquista. Me bastó caminar 1 cuadra de ese lugar, San Pedro, para encontrar un caso. En Abdón Anich se puede observar a 2 canes grandes, no logré identificar sus razas, en una zona del patio delimitada por rejas metálicas. Cuadrúpedos grandes, que necesitan por esencia correr, condenados a pasar el resto de sus días en áreas reducidas. En el Pasaje 1 Sur nuevamente se presenta la situación antes descrita.
Lamentablemente, esta situación, seguirá mientras no tomemos conciencia de que los hermanos menores son seres con sentimientos y que, al igual que los humanos, necesitan de un lugar adecuado para su integridad física. Este tiene que ser amplio, permitiéndole a nuestros amigos no estar hacinados.
“La cultura de un país se mide por el cuidado de los animales “, señaló Gandhi hace más de 50 años. Ha pasado harto tiempo, es verdad, pero no hay duda que esa frase sigue más vigente que nunca. Chile es un país con un cierto desarrollo, en donde los índices de calidad de vida en niveles parecidos a los países desarrollados, pero en lo que alude al cuidado de estos seres que entregan cariño sin pedir nada a cambio estamos retrasadísimos. Es que para la sociedad actual vale lo material no más, lo otro no tiene importancia.
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