Desde hoy y hasta el 14 de marzo se realizará en Bangkok, Tailandia, la convención Cites, que regula la venta de animales en peligro de extinción. El tiburón y la tala ilegal de árboles se tomarán la agenda.
Hoy parte la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, más conocida por su sigla en inglés, Cites. La reunión, que se realiza cada tres años y que en esta versión cumple 40 años, se está desarrollando en Bangkok, Tailandia, uno de los países con mayor comercio ilegal de especies en peligro de extinción.
La edición 2013 busca la inclusión de 48 animales y 22 plantas a los apéndices de protección Cites, acuerdos que deberán ser adoptados por los más de dos mil delegados -que representan a 177 gobiernos-, organizaciones y empresarios, que estarán discutiendo durante 12 días su posible inclusión. “La convención es una de las pocas que tiene dientes, es decir, acciones vinculantes en caso de no cumplimiento y hace lo necesario para poder contener el comercio ilegal”, dice Samuel Leiva, de Greenpeace Chile.
La reunión tendrá dos ejes principales: la venta indiscriminada de aletas de tiburón y la tala ilegal de árboles en bosques protegidos. Precisamente, Chile, cuya Ley General de Pesca prohíbe “la mutilación de aletas de cualquier especie de tiburón a bordo de naves o embarcaciones de pesca o su transbordo”, apoyará la inclusión del tiburón martillo a la lista y estudia la posibilidad de hacerlo también con el oceánico, según confirma José Luis Balmaceda, director de la Dirección de Medio Ambiente y Asuntos Marítimos de Ministerio de Relaciones Exteriores.
Julio Lamilla, académico de la U. Austral de Chile e integrante de la delegación chilena, explica que el país no apoyará la inclusión del jaquetón, el sardinero (el único de éstos que habita en Chile) y mantarrayas. “Lamentablemente, tanto el sardinero como la mantarraya no cumplen con los criterios Cites para su inclusión, por falta de estudios”, dice el experto.
Pero para Maximiliano Bello, representante de Pew Environment Group para el programa de conservación de tiburones en Latinoamérica, la decisión de no apoyar su protección se debe allobbyjaponés y chino. “Si el país fuese congruente con su supuesto camino sustentable, debería apoyar este tipo de propuestas”, critica. Según Bello, los tiburones están siendo diezmados a pasos agigantados, por un comercio altamente insustentable y muchas veces ilegal y necesita regularse.
Hasta ahora existen sólo tres tiburones en las listas de protección, pero el crecimiento del mercado de aletas -que según un informe publicado en Marine Policy hace un par de días, significa la caza de más de 100 millones de tiburones al año, lo que ha reducido su población en un 90%- ha instado a Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil, entre otros, a proteger más especies.
Entre las otras propuestas a discutir en Cites se encuentra la solicitud de Kenya, que pide que el rinoceronte blanco cambie de apéndice para permitir su caza por deporte, y la propuesta de Burkina Faso, que busca la eliminación de la lista de protección del elefante africano, ya que su población habría aumentado tras la prohibición de todo tipo de comercio de su especie. Diligencia que el mismo organismo sugiere rechazar.
Tanto animales como plantas son protegidos por reglas que limitan o prohíben su comercio en los países asociados a la convención. Para diferenciarse, Cites creó dos listas. El apéndice I, impide totalmente el comercio internacional y condena cualquier acción comercial de la especie en cuestión. Esta lista cuenta con 530 animales y poco más de 300 especies de plantas. ¿Ejemplos? Tigres, leopardos blancos, tortugas, cocodrilos y distintos tipos de cactus.
El apéndice II, permite el comercio de especies, pero bajo fuertes resguardos para mantener su población silvestre. Acá se encuentran cerca de 4.400 animales y 28.000 plantas, como primates, loros y orquídeas. Según el progreso que tenga la especie en su población, esta puede ser transferida de apéndice e incluso eliminada de toda lista.
Estos criterios están preestablecidos desde un comienzo y se basan en dos puntos: la sobreexplotación de las especies por su comercialización masiva y la disminución del número de ejemplares por este mismo motivo, lo que se establece por medio de estudios e investigaciones científicas.
Chile es miembro desde 1975 y en esa condición ha adoptado un sinnúmero de medidas, según la conferencia se las dicte.
Fuente: La Tercera
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