*En esta tercera entrega sobre los alimentos trasgénicos Horacio Flores sigue explicándonos su tesis de que el bioingeniero ha asumido el papel de Dios al sentirse capaz de crear cosas que antes no estaban a su alcance.
Planteamos la tesis de que el bioingeniero en sus acciones transgénicas está asumiendo el papel de Dios, creando vida, sustituyendo a la Naturaleza. Se nos hace notar que estamos… ¡No! Discúlpenme, intento dirigirme a ustedes en tercera persona por las críticas que hacen por mil empleo de la primera persona y no me sale. Me parece que para decir cosas poco habladas y seguramente incómodas para muchos estoy escondiendo la cara entre lo varios o muchos de los nosotros de la tercera persona, en realidad soy yo solito.
Dije que el ser humano está lejos de la Deidad y es más de un sesenta por ciento agua contaminada, claro que el treinta y tantos que queda ha creado la informática y llegado a la bioingeniería. Y hay otros dioses, ¿no lo sabía? Recién me lo hicieron notar. En diversos lugares del planeta hay armas nucleares capaces de destruir varias veces nuestros montoncitos de agua y montañas, selvas y atmósfera. Las cajitas de fósforos están en manos humanas, quien me lo dijo tenía las palabras tranquilizadoras muy prontas: “Dios entregó las cajitas de fósforos pero impedirá su uso por manos humanas” No aceptará el incendio de su creación.
Ya no puedo darles más vueltas, debo entrar al tema o renunciar a exponerlo, total se puede hablar del transantiago, la rojita o el festival. Mensaje de la Naturaleza. Ese es el tema: ¿Cuál? Estamos hablando de alimentos trans y dioses humanos, HUMANOS, eso es con órganos colgantes o profundizantes en las entrepiernas que vienen con el sello “SIN USO” La nariz o las orejas, las rodillas o los tobillos… ¿Vienen con algún sello? ¿Qué debemos deducir de estas diferencias?
Esos órganos necesitan un tiempo de crecimiento y maduración, una vez maduros implican la mayor de las responsabilidades: Vivir para sostener otra vida. Sostener, criar, educar e instruir hasta que la otra vida a su vez pueda hacerse cargo de sí misma y repetir el ciclo. Y son órganos tremendamente exigentes y determinantes en la conducta humana. Por y para su satisfacción se miente, se traiciona se roba y se asesina. ¡Qué lejos de la perfección que atribuimos a Dios!
El mensaje aludido no viene solo, a la Naturaleza probablemente le interesa mucho, se molesta en recalcarlo: Producto de consanguíneos = hemofilia. Promiscuidad = chancros, sífilis, gonorreas, esta última durante siglos fue llamada purgación; para el diccionario purgar es sufrir pena o castigo merecido. Y el síndrome de inmunidad deficiente adquirida, temible enfermedad moderna. La fácil solución encontrada es protegerse con el uso de una gomita que convierte el contacto humano en una mentira inmediata, suprime el contacto.
La alimentación transgénica es una realidad inmediata, cada vez tenemos menos posibilidades de eludirla ¿qué ocurrirá con ella en el largo plazo? Más nos vale confiar en que estos dioses modernos nos lleven por la senda del progreso y que sus mandantes, los del dinero, escuchen otro mensaje. Justicia social con respeto a la verdad y al amor.
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