*Una hermosa iniciativa de la Universidad Santo Tomás, permite que cerca de 20 médicos veterinarios estén en la zona del Maule Costero haciendo atenciones a mascotas desvalidas, abandonadas y heridas. ¡Aplausos!.Por Amaule.
Es probable que en esta vorágine de rescatar vidas humanas, levantar casas y estar en contacto con gran cantidad de dramas humanos, nos hayamos olvidado de que existen otras vidas, que algunas fueron abandonadas y otras sencillamente perdieron a sus dueños o nunca los tuvieron.
Es probable que en esta vorágine de rescatar vidas humanas, levantar casas y estar en contacto con gran cantidad de dramas humanos, nos hayamos olvidado de que existen otras vidas, que algunas fueron abandonadas y otras sencillamente perdieron a sus dueños o nunca los tuvieron.
Nos referimos a nuestras amadas mascotas. En el Maule Costero (Pelluhue, Curanipe, Chanco, Iloca, Duao, entre otras localidades), gran cantidad de perros, gatos, inclusive caballos y vacas, han quedado absolutamente abandonados, muchos de ellos mal heridos y sin nadie que se preocupe de su existencia.
Eso, hasta ayer, porque cerca de 20 médicos veterinarios de la Universidad Santo Tomás llegaron a Pelluhue, donde están atendiendo a las mascotas que han quedado abandonadas por el fenómeno telúrico y también entregarán alimentos a los animales que lo necesiten.
Según el Doctor Luis Godoy, que forma parte de la directiva del Colegio Médico Veterinario, los profesionales llevaron una tonelada y media de alimentos que distribuyeron en esa zona tan castigada por el sismo y posterior maremoto.
En la región del Maule, decenas de perros deambulan por las calles en busca de alimentos, mientras que los que aún permanecen con sus dueños también sufren las mismas consecuencias.
Con dicha finalidad, los médicos llegaron a la devastada comuna, donde atenderán hasta el día de hoy. Posteriormente se trasladarán hasta la zona norte del Maule Costero, vale decir Vichuquén, Licantén, Iloca, La Pesca, Duao, entre otros.
Sin lugar a dudas, este grupo humano merece nuestro amplio reconocimiento, porque de manera absolutamente desinteresada han puesto a disposición de nuestras mascotas su experiencia y capacidad profesional, dando a entender, además, que no hay vidas de primera ni segunda categoría, más aun si éstas son de quienes fueron o han sido nuestros fieles compañeros.
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