*La caza de ballenas, por parte de Japón, se debe, según ellos, a la necesidad de estudiar esos animales. Sin embargo, una expedición de una Misión Internacional refutó la tesis nipona, al analizar 60 ejemplares sin matar ninguno de ellos.Por Luis Felipe Caneo Meneses.
Pese a la presión internacional para que finalize la caza de ballenas, Japón continúa con dicha acción argumentando "necesidades científicas" para continuar con dicho actuar. Una realidad que ha motivado múltiples iniciativas, a nivel internacional, para impedir o entorpecer la labor de los balleneros en los mares del mundo, siendo una de ellas una expedición de un barco de Nueva Zelandia que luego de 5 semanas de intenso trabajo en el Océano Antártico, llegó con esperanzadoras noticias: logró obtener muestras de tejido de 60 ballenas jorobadas,registros de audio y fotos y, además, insertar dispositivos de rastreo satelital en 30 de estos ejemplares. Todo lo anterior sin matar a ninguno de ellos, refutando la tesis de Tokio.
La embarcación , denominada Tangaroa, es el inicio de un ambicioso plan de los gobiernos de Australia y Nueva Zelandia, en conjunto con Comisión Ballenera Internacional (CBI), el cual, en un lapso de 5 años, pretende establecer, mediante estudios científicos, estudiar el tamaño de la población de los cetáceos como también su forma de alimentación y de migración desde sus zonas de reproducción en el Pacífico Central.El líder de la expedición,Nick Gales, señaló: "Todas estas preguntas pueden y serán respondidas usando técnicas no letales.", cuestión que logran concretar a través del acercamiento en botes hasta donde se encuentran estos hermanos menores, utilizando pequeños arpones con el finde tomar muestras de los tejidos o instalar pequeños chips en sus cuerpos. Cabe señalar que los japoneses, utilizan arpones de alto calibre que se manipulan a gran distancia para realizar su asesinato animal.
Es importante comentar que ésta es la primera vez que expertos viajan hasta la zona de hábitat de estos animales y los estudia sin exterminarlos. Esto, sin duda, es un argumento a favor para la comunidad internacional con el objetivo de presionar a Japón para que termine con la caza de las ballenas, prohibida desde 1986.
Ese país defiende la caza de estos seres de los mares mundiales, amparandose en el artículo 8 del convenio que autoriza la caza científica."Por eso Japón se autoimpone una cuota, argumentando que es necesario cazar esas ballenas para estudiarlas. Pero todos sabemos que no es así y se trata de una caza comercial disfrazada", comentó Samuel Leiva, coordinador de Campaña de Greenpeace en Chile, en entrevista con La Tercera.De acuerdo a estadísticas no oficiales, 1000 cetáceos en el mundo son asesinados bajo ese argumento, incluso un estudio de la Universidad de Tokio, llevado a cabo en el 2008, llegó a la conclusión de que 4.700 ballenas minke fueron muertas.
Japón, sin importar los resultados de ésta expedición, mantiene inalterable su postura, así lo expresó Tushinori Uoya, encargado de asuntos balleneros en la Agencia Japonesa de Pesca, de acuerdo a lo informado por Ap, que para tener información relacionada con la edad de los mamíferos, el contenido de su estómago y su tasa de fertilidad "sólo se pueden obtener mediante una aproximación letal".Gales,por el contrario, cree que la clave está en indagar sus comportamientos antes que sus órganos:"Se necesita saber más acerca de sus movimientos, la estructura de su población, la forma en que viven e interactúan con su entorno", comenta al respecto.
El próximo mes de junio se realiza la reunión de la Comisión Ballenera Internacional, en Marruecos, oportunidad en la cual se aprobaría una moción que permitiera seguir cazando a Japón por 10 años más, con la condición de que luego abandonará ese actuar.Como defensor de los animales espero que las decisiones que se tome con relación a Japón prime el criterio de salvar a las ballenas, antes que se extingan, y no el económico, más preocupado de las relaciones comerciales con dicho país.Urge tomar una decisión ahora y ya , pues la desaparición de las ballenas no sólo significaría el fin de una linda especie sino el trastorno del ecosistema de los mares, ya bastantes castigados con el accionar del hombre.
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