*Dramática escena tuvo lugar en un pueblo ubicado a 230 kilómetros de Iquique, donde aparecieron los cuerpos sin vida de estos pobres guanacos que fueron muertos por desconocidos.Por Yandery Loayza Barreda,corresponsal Elnortero.cl desde Huatacondo.
La aridez de la precordillera nortina conserva los vestigios de un cruel ataque contra inocentes seres que habitan en una despoblada zona. Sin un motivo que justifique estas acciones, y en complicidad con la desolación del paisaje, quedaron al descubierto los restos de guanacos, animales que transitan libremente por esta zona y que lamentablemente perdieron la vida en manos de desconocidos.
Gracias a la información entregada por habitantes del pueblo de Huatacondo (quebrada situada a 230 kilómetros al sureste de Iquique) pudimos llegar hasta el valle de Cautenisca, a 6 kilómetros al este del poblado. En un socavón, los animales fueron cruelmente mutilados, para arrancarles parte de su cuerpo y abandonar sus restos en la soledad precordillerana.
Muchos podrían pensar que se trata de ataques de depredadores de esa zona, o quizá llamar a la mitología y culpar al ‘chupacabras’. Sin embargo, el lugar del suceso contiene objetos que hacen pensar en presencia humana. Además de envases de cerveza y bolsas domésticas, los cuerpos de los animales yacen semi envueltos en frazadas.
Con visible preocupación, los lugareños señalan que la ausencia de un ente fiscalizador en esta zona (Carabineros, SAG), les ha impedido hacer la denuncia, y agregan que durante recorridos anteriores realizados en zonas más cercanas a la cordillera, no sólo se encuentran restos de guanacos, sino también osamentas de vicuñas. Considerando que son animales salvajes y huyen de un depredador, se presume que los atacantes usan armas de fuego para inmovilizarlos mediante impactos de bala, lo que les permitiría acceder a ellos de manera más fácil.
Este hecho rompe la lógica de la naturaleza apacible que comúnmente albergan los pueblos y sus sectores aledaños. Los guanacos son una de las especies más atractivas de la fauna cordillerana, y en este sitio están acompañados de vicuñas, llamas, alpacas, y aves por nombrar algunas especies.
Si bien ciertos lugareños mantienen criaderos de animales domésticos para poder subsistir gracias a una actividad micro ganadera, nada justifica el ataque a estos guanacos, que sin tener dueño fueron mutilados y abandonados en pleno desierto, sin más motivo que la bestialidad de criminales que no conocen el respeto por la naturaleza y los seres vivos.
La aridez de la precordillera nortina conserva los vestigios de un cruel ataque contra inocentes seres que habitan en una despoblada zona. Sin un motivo que justifique estas acciones, y en complicidad con la desolación del paisaje, quedaron al descubierto los restos de guanacos, animales que transitan libremente por esta zona y que lamentablemente perdieron la vida en manos de desconocidos.
Gracias a la información entregada por habitantes del pueblo de Huatacondo (quebrada situada a 230 kilómetros al sureste de Iquique) pudimos llegar hasta el valle de Cautenisca, a 6 kilómetros al este del poblado. En un socavón, los animales fueron cruelmente mutilados, para arrancarles parte de su cuerpo y abandonar sus restos en la soledad precordillerana.
Muchos podrían pensar que se trata de ataques de depredadores de esa zona, o quizá llamar a la mitología y culpar al ‘chupacabras’. Sin embargo, el lugar del suceso contiene objetos que hacen pensar en presencia humana. Además de envases de cerveza y bolsas domésticas, los cuerpos de los animales yacen semi envueltos en frazadas.
Con visible preocupación, los lugareños señalan que la ausencia de un ente fiscalizador en esta zona (Carabineros, SAG), les ha impedido hacer la denuncia, y agregan que durante recorridos anteriores realizados en zonas más cercanas a la cordillera, no sólo se encuentran restos de guanacos, sino también osamentas de vicuñas. Considerando que son animales salvajes y huyen de un depredador, se presume que los atacantes usan armas de fuego para inmovilizarlos mediante impactos de bala, lo que les permitiría acceder a ellos de manera más fácil.
Este hecho rompe la lógica de la naturaleza apacible que comúnmente albergan los pueblos y sus sectores aledaños. Los guanacos son una de las especies más atractivas de la fauna cordillerana, y en este sitio están acompañados de vicuñas, llamas, alpacas, y aves por nombrar algunas especies.
Si bien ciertos lugareños mantienen criaderos de animales domésticos para poder subsistir gracias a una actividad micro ganadera, nada justifica el ataque a estos guanacos, que sin tener dueño fueron mutilados y abandonados en pleno desierto, sin más motivo que la bestialidad de criminales que no conocen el respeto por la naturaleza y los seres vivos.
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